Por Lucas Aón
Marcela Virginia Panatti
y María Soledad PenniseIantorno.
No hay causa que merezca más alta prioridad que la protección y el bienestar de un niño, cuando está en juego su interés superior, la prudencia debe guiar el proceder de los jueces y de quienes instan su actuación. Cada uno debe evaluar que se derivan de su obrar, que repercuten necesariamente en el desarrollo y en la integridad del niño que se intenta proteger.
La idea de estas líneas es intentar presentar las problemáticas que se dan en torno a los procesos de adopción. Es decir lo que transcurre antes, durante y después del dictado de la sentencia, que crea un vínculo tan trascendente como lo es, el vínculo filial.
Y en ese camino, tratar de desentrañar, las dificultades que se advierten en la práctica, principalmente, en orden a la triste realidad de que hay muchos niños esperando ser adoptados y muchas familias, o personas solas, inscriptas en los registros de aspirantes, pero sin embargo, no confluyen, no se forman familias.
Teniendo en cuenta que los autores nos desempeñamos en diferentes áreas, por un lado Lucas Aón,como Juez Nacional en lo Civil, con competencia en Familia;por el otro, Marcela Virginia Panattiy María Soledad PenniseIantorno, como Funcionarias Letradas en la Defensoría General Adjunta de la Nación - que interviene ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación en la defensa de los niños-, trataremos de enfocar el tema, aportando los matices propios de nuestras funciones, con el fin último de crear conciencia sobre lo que hay que modificar para mejorar el sistema.
¿Cuál es el objetivo de esta institución jurídica?
Lo central y fundamental, que todos debemos tener presente es que es un instituto creado para darle una familia a un niño, y no al revés. Es un derecho de los niños y adolescentes, y no de los adultos.
Esta idea, que parece obvia y que mucho se argumenta en los escritos y sentencias judiciales, no se advierte siempre en el desarrollo del proceso desde el inicio.
Tal es así que cuando se revisan los formularios de inscripción en los registros, y puntualmente en el Registro Único de Aspirantes a Guarda con Fines de Adopción –RUAGA-, en la mayoría de los casos, se puede observar que los aspirantes solicitan bebés, niños pequeños, de un determinado sexo, sanos, o con alguna enfermedad leve, limitando la cantidad de hermanos que están dispuestos a acoger.
Contrariamente, los niños no llenan formularios, y parecen tener menos exigencias, ya que, salvo en algunos casos particulares, únicamente refieren quequieren una familia...
A esto debe sumarse que la realidad exhibe, que los niños que están en los hogares o viviendo con familias de acogida, no siempre encuadran en los requerimientos antes apuntados, lo que deja en evidencia la existencia de graves fallas en la comprensión de la finalidad, por parte de los aspirantes, y en la implementación de las adopciones, por los operadores.
Frente a tales circunstancias, es necesario reforzar la idea madre del instituto y mantenerla viva durante todo el trámite.
Esto podría lograrse con pequeños cambios desde el inicio, así, cuando los aspirantes con fines de adopción, se inscriben en el registro, deberíanser informados acerca de situación concreta de los niños o adolescentes que esperan encontrar una familia. De modo, que los aspirantes, puedan comprender acabadamente, cual es el rol que vienen a ocupar en la vida de estos niños, que claramente no es satisfacer un deseo personal de los adultos, sino brindar la mejor familia posible, a un niño o adolescente, que se encuentra sin cuidados parentales –en situación de abandono-, con todos los padecimientos que esa circunstancia puede generar.
Derribando límites prestablecidos y generando conciencia.
Dentro de las cuestiones que deberían modificarse o mejor dicho incorporarse, como ya hemos destacado, es la de generar conciencia en los aspirantes, de que ellos vienen a cubrir las necesidades de esos niños. Por lo tanto, no deberían establecerse límites, de ningún tipo, a fin de que no se conviertan en obstáculos que, en definitiva, restrinjan o anulen las posibilidades existentes, de dar amor y cuidado.
En esta empresa, es necesario que los aspirantes reciban formación e información sobre la adopción y la realidad de los niños que esperan una familia.
Para que sea real que el instituto tenga como eje central a los niños, la protección de sus derechos, y de su interés superior, entendemos que es necesario impulsar un cambio sincero, profundo e integral para lograr modificar la concepción del sistema tal como está instalado, derribando la práctica que habilita a los adultos a fijar parámetros de selección.
Esta necesidad de cambio, tiene una base empírica, que es que ni siquiera en el caso de los hijos biológicos existe la posibilidad de elegir, sino solo el deseo de tener un hijo a quien brindarle amor y cuidado.
Entendemos que esta forma de encarar el trámite administrativo, y luego el proceso, permitirá que los niños encuentren la familia que tanto ansían, desean y sueñan. Y los adultos, verán concretado su deseo de crianza, y de entrega sin condiciones.
En definitiva será el Juez, con su criterio de selección, quien una sus destinos.
Selección de los pretensos adoptantes a medida
Sin duda la actividad propia del Juez, en cuanto a la selección de la familia para un niño concreto, será más sencilla con esa preparación o toma de conciencia previa, ya aludida.
El Juez que elige la familia adecuada, es el que conoce los casos desde el inicio, es decir, todo lo relacionado con la historia y las vivencias que ese niño debió transitar, hasta culminar en el dictado de una declaración de adoptabilidad.
Para ello, entre otras pautas tendrá en cuenta las condiciones personales de los postulantes, su edad, sus aptitudes, su idoneidad para cumplir la función y cuidado, su educación, sus motivaciones y expectativas frente a la adopción y el respeto asumido en orden al derecho a la identidad y origen del niño o adolescente.
En ese camino ha estado acompañado por las asistentes sociales (único recurso interdisciplinario con que cuentan en la actualidad los Juzgados Civiles con competencia en Familia) quienestambién lo asesoraránen la etapa de selección, con el fin último de encontrar la familia que mejor se ajuste a las necesidades del niño, la que denominamos, familia a medida.
El Juez se comporta, en esta etapa comoun sastre, y con cada medida que adopta, como si fueran puntadas, va construyendo la identidad dinámica de ese niño.
Por supuesto, también colaboran en este camino, los profesionales del hogar ya sea un establecimiento, o los integrantes de las familias acogedoras, que conocen al niño integralmente, sus necesidades y deseos profundos. Estos operadores, resultan fundamentales en el acompañamiento del niño para el egreso y colabora en la generación del vínculo con la futura familia.
La puntada final, la da el niño, que se asume como protagonista de su propia historia, y frente a ello deberá participar, ser oído, y concretamente podrá manifestar con claridad y libertad, si desea incorporarse o no a una familia, y también expresar qué tipo de familia quiere, es su derecho y eje central del instituto de la adopción.
Ya que puede pasar, que quieran o que aspiren a un tipo de familia constituida de distintas formas, hemos tenido casos que solo piden una mamá, o mamá y papá, o les suman hermanos, o sin ellos. Hay que tener en cuenta, sus deseos profundos, lo que los hace felices y los ilusionan, de modo de encontrar lo mejor para ellos. Es su derecho.
Cabe destacar que en el caso de los adolescentesque llevan muchos años institucionalizados o de niños que han sufrido adopciones frustradas, muchas veces prefieren permanecer en el hogar,porque han estrechado lazos con los operadores que insertarse en una familia.
La participación del niño, será acompañada y garantizada, por el Defensor de Menores, aunque según sea el caso podrá también intervenir un Tutor ad litem, o un abogado que lo represente.
La importancia del acompañamiento terapéutico para consolidar vínculos
Una cuestión que consideramos,clave, para que todos los procesos de adopción tengan el resultado esperado, esto es alcanzar la adaptación, integración y consolidación del nuevo núcleo familiar, es que, las familias reciban el acompañamiento terapéutico adecuado, que a nuestro criterio, debe existir antes, durante y después de otorgada la adopción.
Antes, es decir, al intentar la vinculación y durante la guardapreadoptiva para apoyar al niño y a los guardadores.
Debemos tener presente que cuanto más grandes son los niños más vivencias acumulan, seguramente pasaron varios años institucionalizados, o han vivido en silencio muchas situaciones de abandono y maltrato, hasta la llegada de la intervención estatal, o incluso puede que hayan sufrido guardas frustradas (es decir, que hayan salido del hogar para vivir con una familia, pero ante el fracaso de esa vinculación fueron regresados al hogar).
Estas situaciones requieren de una preparación mayor, que permita a los adultos, comprender reacciones o comportamientos de los niños, de modo de adecuar sus actitudes, sortear los obstáculos que se presenten para evitar que fracase la vinculación.
Durante el proceso de guarda, es fundamental, porque contribuye a la generación de vínculos sanos y a su fortalecimiento. A medida que transcurre el tiempo, ayuda al conocimiento mutuo del grupo familiar, a adaptarse a los cambios, o evaluar la necesidad de efectuarlos, a fin de que, como se dijo, la vinculación se desarrolle de formagenuina y perdurable.
El apoyo debe ser para todo el grupo familiar, en conjunto y por separado. De modo de lograr la comprensión mutua y cuidadodel vínculo que se está gestando, de la mejor manera posible.
Después,luego de otorgada la adopción, se mantiene la necesidad de ese apoyo, que deberá ser otorgado por los profesionales del RUAGA. Lo recomendable es que sea un poco más sostenido al comienzo, durante el primer año de dictada la sentencia, y luego, sería ideal que ese monitoreo se mantuviera a lo largo de la vida del niño, en momentos clave, para asistir tanto a él como a la familia, ante cualquier necesidad.
Reflexiones finales
En atención a lo que fuimos plasmando en estas líneas, es claro que el sujeto más importante de este instituto es el niño, y en torno a la consolidación de su derecho de crecer y desarrollarse en el seno de una familia, deber ser el eje central, y norte de todas las decisiones.
Es evidente que se necesita una modificación en cuanto al enfoque que se da a los procesos de adopción, desde el inicio, para concientizar a los pretensos adoptantes y a los operadores, de esa idea central.
Resulta por demás importante, afianzar estos conceptos en la etapa de selección de las familias para un niño determinado.
Tener presente que no pueden llevarse a cabo satisfactoriamente, estos procesos sin la colaboración de la interdisciplina, y de un acompañamiento, sostenido en el tiempo, como se dijo:antes, durante y después, de dictada la sentencia que declara la adopción.
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