Charles Péguy
Madre, aquí están tus hijos que tanto batallaron
que no sean pesados como se pesa un ángel
que Dios ponga en ellos un poco de ese fango
que fueron en principio y ahora se deshacen.
Madre, aquí están tus hijos que tanto batallaron:
que no los pesen como a diablos te ruego,
que Dios ponga con ellos un poco de ese fango
del que fueron sacados y ahora son devueltos.
Madre, aquí están tus hijos que tanto batallaron
que no sean pesados cual se pesa a un espíritu
Que se les trate como se les trata al desterrado
que regresa escondiéndose por senderos perdidos.
Madre, aquí están tus hijos y su ejército inmenso,
que no sean juzgados solo por su miseria.
Que Dios ponga con ellos un poco de esa tierra
a la que tanto amaron, por la que se perdieron.
Madre, aquí están tus hijos que tanto se perdieron:
que no sean juzgados por una intriga baja;
que encuentren como el pródigo, acogida en su casa,
que vengan a caer en dos brazos abiertos.
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