“La Etica del Siglo XXI” de Josefina Perriaux de Videla

Por José Luis Rinaldi

Por José Luis Rinaldi

Es una obra breve, pero llena de sustancia y de fácil y llevadera lectura. La autora, Licenciada en Filosofía (UCA) y con un Máster en la Universidad de Málaga, trata una cuestión ardua y difícil con la sencillez propia de quién mucho ha estudiado, pero, sobre todo, mucho ha reflexionado sobre el tema. Con la “colaboración intelectual” de las obras de Romano Guardini, de Josef Pieper y del Profesor Emilio Komar, cuyos pensamientos, reflexiones e influencia la autora no sólo no niega, sino que me atrevería a decir que admira. La Lic. Perriaux de Videla divide su obra en dos partes.

La primera, referida al mundo como obra creada por Dios, con sus consecuencias: por una parte, la existencia de una verdad en lo real (luz, sentido, cognoscibilidad), presente en todo lo que existe y por otra, el bien (aspecto valioso, que suscita nuestra atracción) también presente en lo real.

Verdad que ilumina nuestra inteligencia y bondad que da fuerza a nuestra voluntad; así reivindica, ó mejor, pone en presencia del hombre de hoy la ética realista de la filosofía clásica, sobre la cual se apoya la ética cristiana que le ha dado el carácter creatural a la visión de la realidad de los antiguos. El Dios Creador es también el Dios Redentor (pág. 48) que busca recuperar el orden perdido por nuestros pecados. Es por ello que afirma: “las normas, la disciplina, la ascética, son un no al desorden que hemos ocasionado en nuestro ser y un gran sí a recuperar la dignidad perdida”. Y no se refiere a un orden normativo impuesto desde fuera, de obligaciones a cumplir porque sí, de moral represiva, sino de lo que hay dentro del propio hombre en su misma naturaleza, como encuentro amoroso, brotando del corazón como núcleo interior y que es fuente de alegría y no de imposición exterior.

En la segunda parte distingue la autora, siguiendo a Servis Pinkaers, las dos grandes visiones morales: la moral de la felicidad que coincide con la que describiera en la primera parte y que rigiera desde la antigüedad hasta el siglo XVIII, y la moral de obligación, con Kant como gran representante y que se mantuviera sólida hasta mediados del siglo XX.

Esta última es la que se pregunta qué es lo que debo hacer, qué está permitido y qué prohibido, al fin el sentido de la obligación por la obligación misma que nos ahoga y agobia día tras día y dificulta nuestra felicidad; es la noción de deber en la ética kantiana, que se “infiltró” (pág. 9) e ingresó en el campo de la moral cristiana y la fue muchas veces transformando en una moral de cumplimiento de normas, angostando el espíritu y la interioridad de la persona. Y luego, poco a poco, la fue arrastrando al relativismo tantas veces fustigado por Benedicto XVI.

Esa ética del deber ha sido cuestionada afortunadamente desde hace unas décadas en aras de la ética del bien, que nos plenifica y nos trae alegría al permitir y favorecer el que seamos plenamente humanos, que es al fin la misma voluntad de Dios; cuánto más penetramos en nuestra esencialidad como personas, más cercanos al deseo de Dios y por ende a la felicidad; llegamos a un libertad que nos hace plenos, pues buscamos ya al Bien con mayúscula, a la Verdad íntegra y completa que es Dios.
Nuestros actos, precisamente por no estar buscando la perfección por la perfección misma, serán mucho más perfectos que en la visión kantiana, ya que tendrán como fin la unión con Dios.

Una obra altamente recomendable, que contesta muchos de los interrogantes de hoy, y que da mucha esperanza ante un mundo que parece buscar su propia destrucción ética. En lo personal, sea este comentario bibliográfico un mínimo homenaje debido al Profesor Emilio Komar, al que nunca podré agradecer lo suficiente todo lo que me dio con su docencia siempre desinteresada.

José Luis Rinaldi

Artículo publicado en Revista de Filosofía Práctica Ethos, No. 31/32, años 2016/17, págs.. 219/20.

* UNA ÉTICA PARA EL SIGLO XXI. Josefina Perriaux de Videla. EDUCA.
Colección Familia Escuela de Humanidad No. 15. 74 págs.

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